La memoria es un lugar
Me encontré en la mirada perdida de mi madre
en el recuento de una historia no contada.
Me encontré en las raíces de los ojos de mi abuela,
las curvas y surcos de una vida en recuerdos,
el sueño infinito de una estadía permanente,
arraigado por un amor pasajero.
Me fui a la huida de las masculinidades generacionales
con la promesa de no olvidar para no repetir.
Me encontré en las hendiduras de las puertas,
provocadas por manos patriarcalizadas.
Escuché mis propios sollozos en teléfonos rotos
y vi la proyección de una paz imaginaria en árboles de tamarindos.
Abracé a mis muertos en mis sueños y volvieron a morir en mis brazos.
Me prometí una vida a la contraria, al escape, a la jarana.
Dejé de caminar en puntillas y de tenerle miedo al futuro.
A los pies del árbol de acerolas
en los balcones de abuela,
en los brazos de mi madre,
en las miradas de mis amigas, prometí darme la vida eterna
donde la memoria es un lugar,
y el tiempo nunca existe.
------------------------------- // -------------------------------
Memory is a place
I found myself in my mother’s lost gaze,
in the recounting of an untold story.
I found myself in the roots of my grandmother’s eyes,
the curves and grooves of a story lived in memories,
the infinite dream of a permanent stay,
ingrained by a fleeting love.
I fled to escape generational masculinities
with the promise of not forgetting so as not to repeat.
I found myself in the cracks of doors
provoked by patriarchal hands.
I heard my own sobs in broken phones
and saw the projection of an imaginary peace under árboles de tamarindos.
I embraced my deceased in my dreams and they died again in my arms.
I promised myself a life to the contrary, to escaping, to revelry.
I quit walking on tiptoes and fearing the future.
Under the árbol de acerolas,
in my grandmother’s balcony,
in my mother’s embrace,
in the gazes of my girlfriends,
I promised myself eternal life,
where memory is a place, and time ceases to exist.